lunes, 5 de septiembre de 2011

Sopa de cebolla a mi manera

Como ya os adelanté en la receta del puré de zanahoria, he utilizado el caldo sobrante para hacer una sopa de cebolla. Podría haber sido cualquier otra sopa de verdura, pero es que a mi esta me gusta mucho... Es de lo más facilona y está rica, rica.

Los ingredientes: ¡los que véis aquí!


- Unas cebollas (en la foto hay algo más de un kilo)
- Caldo de verduras o una pastilla de caldo. Yo usé un litro que me quedó del puré del otro día, aunque luego tuve que echarle un par de vasos de agua más, unos 300 ml más.
- Un huevo
- Aceite de oliva (un buen chorro)
- Unos cuantos pañuelos si os pasa como a mí y las cebollas no están frías. Un consejo: si te has pasado 20 minutos maquillándote los ojos, no hagas sopa de cebolla para cenar.



Una vez cortadas las cebollas en medias lunas como se ve en la foto, se ponen a rehogar en el aceite a fuego bastante fuerte, hasta que queden doraditas pero sin llegar a quemarse. Hay que estar un poquillo al tanto y darle vueltas a menudo. Esto es importante, porque luego dará sabor y color al caldo. Queremos que las cebollas queden más o menos como en la foto de abajo:


Una vez esté así de doradita la cebolla, se echa un poco de agua o caldo para desglasar el fondo, y luego se añade el resto del caldo. Ahora sólo hay que dejarlo a fuego lento un buen ratillo. Yo lo dejé una hora y media, hora y tres cuartos,... Al cabo de ese tiempo queda como veis aquí:



Y ya solo queda darle el toquecillo final: se bate un huevo y se echa despacito, removiendo con el tenedor para que se deshíle. Se rectifica de sal y ¡a comer! Con cuidadito porque no veáis cómo guarda el calor la cebolla, así que a soplar:



¡Hale, otra de cuchara! Espero que la probéis y os guste.



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